jueves, 31 de mayo de 2007

Sin tiempo

Él

Y te quejas porque el que me queda solo te lo dedico a tí. Echas de menos estas esporádicas líneas. Ya te lo dije, que esta relación iba a ser sin exigencias. Pero esta vez te pones traviesa y me pides que haga memoria de estos días sin escribir.
Sabes que han sido geniales. Esas noches en la playa me abruman. Tranquilidad que ha tornado muchos momentos de dolor de cabeza por culpa de ese vino al que no hemos enganchado. Risas al recordar a un francés que aproechó mi ausencia para pretenderte.
Y yo me río. Me encanta.
Dime algún mal momento que hayamos vivido este tiempo sin escribir. Porque no lo encuentro: la oficina, la playa, el casino, nuestro refugio, los paseos, las comidas frente al mar. Me gustan tantas cosas que me daría pena perderlas. Desde luego yo no quiero que sea así. Eres mi compañera. Otros directamente dicen algo más fuerte que hasta da miedo plasmarlo en esta pantalla.
El tiempo lo dirá por los dos. No tengo prisa

miércoles, 23 de mayo de 2007

Incertidumbre

Ella

Te lo dije ayer. Estoy en un momento de incertidumbre que no sé cuanto tiempo voy a lograr aguantar. También te dije que ahora mismo me encuentro bien conmigo misma, y eso es impagable. Creo estar haciendo las cosas como debería hacerlas, pero hay cosas que quiero hacer que no puedo. Y soy muy impulsiva, y no sé cuanto tiempo podré controlar mis impulsos. Soy incontrolable, incluso para mí misma. Creo que eso lo sabes... Al mismo tiempo estoy tranquila. Por eso ahora mismo, veo mi situación un tanto extraña... no sé en qué lugar me encuentro y, a veces, tampoco sé como debería actuar. Incertidumbre todo. Y de momento no tengo ansiedad. En el momento en que tenga ansiedad cambiarán las cosas porque es la sensación que peor llevo y que menos sé soportar. Aunque creo que esto te lo dejé claro ayer.
Yo sólo quiero que tú estés bien, que seas feliz, y ahora mismo no te veo feliz. Tú mismo, tú sabrás como debes llevar tu vida, pero vamos... la felicidad me parece algo que no se le puede negar a una persona, ni siquiera uno mismo. Sé egoista, te repito. Y tómate el tiempo que necesites. Aunque quizás yo también necesite, en breve, mi tiempo. Hacemos las cosas de manera diferente, ni mejor ni peor, pero cada uno hace estas cosas de una manera. Y ya sabes que hasta que pueda controlarme no habrá problema. Pero en el momento en que pierda el control, entonces necesitaré mi tiempo, porque siempre soñé con una historia un tanto ñoña, o al menos que se le asemeje...

martes, 22 de mayo de 2007

Ansiedad

Él

Acaba de salir del trabajo y no tengo ganas de nada en estos momentos. No estoy bien en casa, el trabajo empieza a hastiarme, tengo prisa por que termine esta semana y tomar la decisión para marcharme lejos de mi familia. No sé a dónde, ni cómo ni con quién. He aguantado mucho tiempo.
Encima no sé cómo voy a salir de ese agujero en el que me he vueltoa vivir. Enpiezo a no tener la ilusión por muchas cosas. Me quiere animar, pero no sé cómo lo va a conseguir. Veo tus fotos conmigo y empiezo a sentirme una miserable, cobarde, arrepentido incluso. Me duele mucho después de que anoche le diera una oportunidad y al poco tiempo discutiera por cosas a las que no doy importancia.
No soy feliz ahora mismo. Y tú sábes cómo lo soy. Porque me has visto, y no es tan difícil darse cuenta de que me falta el valor de hacer muchas cosas por no hacerle daño a las personas. Tienes razón, soy demasiado bueno. Ahora no sé cómo evaluar las consecuencias. Tengo ansiedad. Te escribo desde la calle. Con la inminente necesidad de gritarte que estoy harto de muchas cosas. Grito.

Jornadas de reflexión

Ella


Están siendo días duros. Parece que no hay dos sin tres, ni tres sin cuatro. Pero siempre digo que lo que no te mata te hace más fuerte. Qué remedio. Ahora tú estás mal, y yo también estoy mal, pero yo lo voy llevando, y a tí te agobia bastante toda esta situación. Te dije ayer que cada uno debe salir de los hoyos en los que se mete, pues por muchas manos que te intenten rescatar, eres tú quien debe poner los pies contra la pared para empezar a subir. Y para eso hay que echarle un par. Y tú tienes ese par, no entiendo por qué no lo sacas. Deja de preocuparte por el daño que puedas hacerle al resto de personas (y aquí me incluyo yo) y empieza a mirar por tí, por tus sonrisas y por tu bienestar. Sé egoista. No te mereces muchas cosas de las que te pasan, y eso me duele, porque eres tú quien las permite. No debes permitir que te maneje nadie, y menos siendo como eres. En cuanto a mí... hace tiempo que dije de quitarme la coraza y, si me tienen que hacer daño, pues bienvenido sea. Repito, lo que no te mata te hace más fuerte. Pero sí he de decirte que te echo de menos, y que no sé muy bien en que punto estamos. Ni en el que vamos a estar, aunque esto último es lo que menos me preocupa. Ojalá llegues a averiguar cual es tu camino, y cuales son tus prioridades. Ojalá, pequeñajo, ojalá seas feliz... sea cual sea la decisión que tomes.

lunes, 21 de mayo de 2007

Rojo

Él

Tuvimos la suerte de que te dieran el sábado libre. No tardamos en salir el viernes de madrugada para llegar hasta la casa que tienes en esa playa tranquila, palabra que muchas veces me pides que no repita. Ya sabes que siempre lo digo porque me gusta eso: tu tranquilidad. Lo mereces.
No me puedo quejar de estrés porque mi jornada laboral no es comparable a la tuya. Cada vez que te visitio a última hora me da miedo decirte cualquier cosa, ni tan siquiera la más cariñosa. Me impones mucho respeto.
Suerte que este fin de semana solo nos ha tocado beber daikiris, descansar, comer, tomar el sol y ponerte en forma jugando a las palas. Porque tu pasado deportista quiero desterrar de esa vida un tanto sedentaria que respeto, pero no comparto. No lo consideres como una idealización mía, sino más bien mirar por tu salud. Con ese cuerpo de raspa, fino y que con una sola mano incluso creo a veces poder rodear. Menos que un peso pluma.
Como esos recuerdos a la ligera en los que me contabas tu infancia junto aquella montaña y esas olas que casi te entierran si no llega a ser por la prudencia de tu padre que te rescató. Te escucho, y me queda mucho por hacerlo.
Eres como esa pequeña que evocabas caminando por la orilla del mar. Aquella niña que dos días seguidos se apoya en mi hombro para dormir. Un lujo. Y yo castigándote con mis conversaciones de noctámbulo. Dices que son buenas. Que te pido que estés bien, incluso algún beso incosciente pero apasionado ha acabado en tus labios. ¿Seguro que solo eso?. Con el calor de tu cuerpo desnudo pegado al mío puede pasar cualquier cosa. Es normal. Me cuidas, y eso tiene sus consecuencias.
Has estado con molestias estos días. Yo preocupado por tus dolores, pero imposibloe encontrar la manera de borrarlos. Ha sido lo de menos. Gracias por ser así. No te pierdas. Quiero tener cerca. Pase lo que pase...

jueves, 17 de mayo de 2007

El sábado

Ella

Acabo de subir de comer, hoy toca un día duro, como tantos y tantos días de la semana. Aún no he comentado en el trabajoque quiero pillarme el sábado y espero que me lo den, sino me voy a consumir. Menudos días...
Tengo muchas ganas de relajarme en la playa, de que me prepares esos cócteles que dices, de abrazarme a ti como una raspa para dormir sin preocupaciones, desnudos, y disfrutándonos lenta o rápidamente. Tienes ganas, te lo noto. Pero sabes que también me gusta dejarnos unos días libres. Para reforzarme y darme al cien por cien. Porque estoy muy cansada de todo el día, aunque también te tengo unas ganas locas. Tenlo claro. Esta noche tal vez; podemos ir primero al cine, si acabamos pronto (cosa que decimos siempre) y luego irnos juntos, a nuestro hotel, o a donde nos dejen. Aunque me den el sábado libre, esta noche también te tengo ganas. Como todas las noches aunque tú no estés en mi cama.
Y al margen de esto, también sigo disfrutando como una enana con nuestros momentos... me río, hablamos, nos tranquilizamos. Estoy bien, y sólo espero que tú también lo estés. Ojalá me den este sábado... lo pasaríamos de lujo, pequeñajo.

miércoles, 16 de mayo de 2007

Magullada

Él

Tengo ganas de que llegue la noche para ver qué me vas a hacer entre copas. No quiero preocupaciones. Hemos tenido un par de momentos de tensión innecesarios. No voy a recordarlos porque ya están zanjados y no me gusta perder el tiempo con cosas que están ya de sobra arregladas.
Te diré que a mi vuelta de la playa tuvimos una conversación salvaje y mojada. El House de fondo, compenetrados, anhelando tu cálido aliento.
Estos días te has quejado de que te duele todo el cuerpo. Me llamas animal, perverso. Y yo preocupado por el qué dirás a tus amigas cuando pregunten cómo me comporto en esos momentos. A veces las mujeres sois tan picaronas. Os juntáis unas cuantas y os recreais con el tamaño de uno u otro, que si este se mueve mal en la cama, que si la tiene pequeña, no se lava. La verdad, no os distinguis mucho de tantos hombres que conozco. A mí me gusta ser discreto y no dar pistas, como todos los negocios que llevo entre manos. No vaya a ser que le comente algo de nuestras conversaciones y les de por intentarlo contigo. Claro que eso no es algo que me moleste. Simplemente digo: "Hay que ser un atleta para tenerla satisfecha".
Eres muy dura. Tanto que zcabamos empapados de ese sudor sano del que tanto te hablo. Incluso nos quedamos durmiendo desnudos sobre mi toalla. Menos mal que despertamos. Menuda sorpresa se habría llevado la secretaria.
Anoche me enseñaste tus magulladuras. Insistes en llamarme animal. No me gusta que lo hagas. Tampoco me ofende. Solo espero que con este tiempo te des cuenta de que hago las cosas más allá del sexo, el placer, el desfogue, follar ........ llámalo como quieras menos hacer el amor. Deseo que el día del mañana te quedes con la sinceridad de haberte tratado bien.

domingo, 13 de mayo de 2007

Acción-reacción

Ella


Ha salido el sol de lleno en esta ciudad. Y te vas a la playa. Haces bien. Supongo que haría lo mismo si no tuviera que trabajar... quizás lo mismo no, pero sí me iría a la playa. Tú ya me entiendes. Aunque yo no lo entienda. A veces me da que pensar muchas, muchas cosas y, para que te voy a engañar, me siento en un segundo plano bastante tonto. A pesar de que me puedas decir que no me vas a hacer daño, y todas esas cosas que quedan tan bien en las palabras. Eso no depende de tí. El daño, las personas lo hacen sin querer. Lo sabes. Y qué quieres que te diga... ahora mismo ni tengo ganas, ni tengo tiempo para pasarlo mal, aunque sean dos días. Pequeñajo, entiéndeme, ponte en mi lugar un momento y dime qué papel pensarías tú que juegas si ves ciertas cosas. Creo que es evidente. Yo, por mi parte, ayer quedé con él. Y nos vino muy bien a los dos. Me reconoció muchas cosas que creía que no era capaz de reconocerme, nos reimos mucho, me apoyó bastante ahora pues, como sabes, entre el viernes y ayer estaba al borde del ataque. Pero no veo espejismos en el oasis por tener una noche muy chula. Yo, en mi caso, necesito este tiempo para mí, como creo que él lo necesita para él. Hay personas que, para crecer, necesitan estar solas, para endurecerse o madurarse, y ese es su caso. Ahora es su tiempo para ser mejor. Por eso no vamos a entrar en una tónica de quedar todos los días, ni todas las semanas, porque eso sería un error, al menos en mi situación y bajo mi punto de vista. A los dos nos parece demasiado extraño quedar todos los días y que nos parezca una simulación de nuestra relación. Yo no quiero eso, porque si no él no se va a olvidar, en cierto modo, de mí. Ni yo de él. A estas situaciones hay que darles correa, aunque tú creas lo contrario.
Yo ya sé que va a pasar, porque lo veo desde hace ya un tiempecillo. Ojalá estés feliz. Te mereces serlo, porque a veces de bueno te pasas. Y porque eres una gran persona y me has encantado por tu forma de ser. Y por tu forma de conversar. Y por tu forma de tranquilizarme. Pásalo bien en la playa... al menos uno de los dos tiene días libres para aprovecharlos.

jueves, 10 de mayo de 2007

En la oficina

Él

¿O creías que ibamos a tener una conversación solo en el "6"?. Ha sido una situación morbosa. Lo mejor de todo es que en el asiento acolchado de tu oficina podemos disfrutarnos cómodos. Inmersos en la madrugada, a oscuras, con la ventana abierta porque el calor ya nos hace sudar la piel. Sabes que me encanta replegarme en él, hace que la líbido se me dispare al ver brillar tu piel.
Qué locos. No sé si para esto tenemos que decirnos: "no tenemos verguenza". Simplemente hacemos lo que más nos gusta. ¿Qué se te pasa por la cabeza cada vez que ves aquel sillón negro?
También anoche hablamos de aquel momento de seriedad. Me preocupas. Mucho, y lo sabes. Ambos acabamos de salir de una relación y nos estamos ayudando a olvidar. Viviendo el día a día, sin saber qué pasará el día del mañana.
Que cada uno lo está haciendo a su manera, también es cierto.A mí me puede el ver a las personas sufrir. Y más si la has querido hasta dejarlo todo. Quedo con ella, no le he prometido nada. Todo sale, pero no sé hacia donde. Lo que me resultaría triste es perder su amistad porque simplemente no somos ya pareja. Le he dicho de darle una oportunidad si cambia lo que ha destruido tanto tiempo de relación.
Tú es normal que te enfadaras y por primera vez te pusieras tan seria como para pensar que te estoy utilizando, aunque me digas que soy la persona que más te estoy ayudando en estos momentos. Sabes que no me gusta que me aludas, me sonroja e incluso hasta me cuesta creerlo porque siempre te digo que es muy fácil hacer el bien con una persona tan increible como tú.
No me canso de decirlo ahora. Me encantas. Estoy compartiendo muy buenos momentos contigo. Olvida qué pasará el mañana.

martes, 8 de mayo de 2007

Tranquilidad

Ella

Esta mañana me han vuelto a reventar el sueño. Tú me dices que sabías que tarde o temprano pasaría. La verdad es que confié en que aguantaría mejor el tipo antes de quitarse la coraza. Pero bueno, eso no es lo que importa. Según Teresa de Calcuta, "La felicidad está en nosotros mismos. Somos felices porque amamos, no porque nos amen", y es una de las verdades mayores que he escuchado nunca. Así pienso yo, por eso tampoco me preocupa demasiado. Dejaré hacer al tiempo, ya que estas cosas no están en mi mano. Es injusto que, por no querer hacer daño a alguien, acabe sufriendo uno mismo. Hay que ser coherentes, ya tenemos una edad. Pero bueno... ya digo que no estoy preocupada. Al contrario, si he tenido algo de preocupación por un momento me la has quitado con tu llamada. Me ayudas, y no sabes de que manera. Me escuchas, me desahogo y luego me haces reir, aún con los ojos cerrados me haces reir a carcajadas. Te voy a comprar un mono. Porque tú lo vales. Pequeñajo, mil gracias (que no me cansaré de repetir) por ser como eres. Por hablarme como me hablas. Por la confianza que tienes en mí, esa que no te va a fallar. En fin, niño, que gusto da encontrarse gente así en una ciudad así... nos queda mucho tiempo que disfrutar.

lunes, 7 de mayo de 2007

Liberarme

Él

No quiero escribir estas líneas sobre la presión que padezco en casa por toda esta historia. Estoy harto de que dirigan mi vida a su antojo. Yo tengo el control de mi vida, y nadie me lo va a arrebatar porque las cosas no son como les gustaría a los demás.
Quiero ser feliz después de apartarme un tiempo de ella, pero me está costando más la presión familiar.
El viaje me ha ayudado mucho. Levantarme acompañado de tu cuerpo esbelto y cálido. Siempre abrazada a mí, sin tan siquiera sobresaltarte por mis conversaciones en sueño. Supongo que es porque tengo tanto que decir que ni estando dormido me puedo callar. Luego cada mañana hemos sabido compensarnos a base de fantasías, desenfreno, placer. No hemos parado de tener nuestra peculiar conversación. Me gustas más desnuda, y espero que también aprecies que si te compro ropa interior es porque también me gusta vestirte con estilo. Soy un maniático de la estética, y tú eres una obra de arte a la que me encanta adornar. Lo que más me sorprende es que en tan poco tiempo acierte.
Me encanta que seas espontánea. Hemos reído en los bares en abundancia, sin importarme mi disciplinari dieta. Nos ha tocado solucionar problemas ante esa mujer que necesitaba un buen polvo para ser amable. Me agradó la compañía de tus amigos. Pero lamento aquellos toques de atención a mi familia. Yo ilusionado mostrandome feliz, y con tan solo una regiña bajándome el ánimo.
Ante eso sé que me quedas tú porque me entiendes. Mis amigos también apoyan lo que estamos haciendo. Solo pido ahora que ella entienda lo mismo que él. Son personas distintas, pero la actitud es la misma: respeto. Si de verdad quiere que le de una oportunidad, tiene que tener confianza y respeto en mí. Por supuesto no va a suceder de golpe, por lo que solo me toca mantener la amistad aunque me cueste verla sufrir por lo que ella no puede conguir de mí.
Ahora no quiero exigencias de nada ni de nadie. No me debo. Tampoco conozco el destino ni quiero.Necesito vivir el día a día. Lo peor es que en casa tengo que convencer a todos para que me dejen en paz.
Difícil en una familia autoritaria. Y para autoridad, la tuya para hacerme sentirme bien. Mi compañera de gala.Aquella que sorpernde a todos.
Quiero escaparme contigo de nuevo.

domingo, 6 de mayo de 2007

En el '6'

Ella

A estas horas de la noche sólo sé decir que estoy cansada, reventada, pero con un placer increible de estos días. Escucho nuestras canciones del viaje y no miento si te digo que me excito, con mesura, pero aún así no puedo evitarlo. Me has dado tres días maravillosos donde hemos reído y hablado de mil cosas. También hemos conversado mucho, mucho, mucho... hemos amortizado, sin duda, el coste de la pensión. Y de qué manera, en la vida me las había visto en otra igual. Lo recuerdo ahora mismo y me entra un 'noseque' por el cuerpo. Pero todo bueno, sin duda. Además, no hemos dejado apenas nada por hacer, hasta los sitios más insospechados (piensa en la noche del viernes; lo que no nos pase a nosotros no le pasa a nadie) los hemos pisado. Hay sensatez, y eso es bueno. Y me encanta, como tantas y tantas cosas que nos unen. De este viaje hemos sacado varios lugares para visitar en futuros días libres. Pero, eso sí, con el móvil desconectado. No soporto verte mal por algo que no es culpa tuya. Y mucho menos por las explicaciones que se te piden o por las 'regañinas' que se te echan. Eres una persona fabulosa, y quien no lo quiera ver, sintiéndolo mucho, él/ella se lo pierde. Por eso estate tranquilo, el tiempo pone las cosas en su sitio. Por mi parte, reconozco que todo esto se me está haciendo más fácil. Sus mensajes de apoyo me ayudan a no sentirme mal, porque pienso que he obrado bien. Tú también, eso no lo dudes nunca, por mucho que te digan desde fuera. Te lo decía hoy, las cosas de pareja las saben esas dos personas... es muy fácil hablar sobre la vida de los demás, no cuesta un duro y encima entretiene. Pero también te he dicho que es normal que se preocupen. Por eso, take it easy, pequeñajo, que por la parte que me toca te apoyaré en todo lo que necesites, sin exigirte nada. Porque eso es lo bonito que tenemos entre los dos: no esperamos más del otro que lo que nos podamos dar. Y queremos hacernos felices, de la manera que sea. Por lo pronto, veo esa felicidad en tus sonrisas y en tus carcajadas (que también son las mías) y en tus ojos, sobre todo en tus ojos. Por eso me encuentro bien y no se me está haciendo difícil.
Que maravilla de días... que falta nos hacía a los dos. Y que gusto más grande, en todos los sentidos. Sólo te pido que sonrías, y algún que otro baile como el del sábado.
Chatín!!!

miércoles, 2 de mayo de 2007

2

Él

Ya no somos 4. A ambos nos ha costado dejar tanto tiempo de relación. Una historia que se ha repetido y he sufrido por doble partida. Porque no quiero que ella sufra, y ahora me marco solo coservar la amistad que de momento me ha negado porque no se imagina una vida por separado.
Es una gran persona. Increible, pero sus celos y su obsesión por controlar cada uno de mis movimientos ya me llevaban castigando dede hace muchos meses. Lamento no haber sido antes más valiente para dar el paso.
Supongo que si lo he dado ahora es porque te he conocido a tí, mi punto de apoyo. Mi compañera.
Me encanta que comprendas que no dejé la relación por tí, sino por mí.También hiciste lo mismo con él. Tienes la suerte de que él al principio lo pase mal, pero por momentos empieza a comprenderlo. Yo no puedo decir lo mismo.
Hemos pactado no cotarles lo nuestro. Enloquecerían y no exagero si habría un brote de agresividad por ambas partes.
Ahora ya empezamos a olvidarlo. Ya nos hemos desnudado, manteniendo una conversación larga y densa. 4 horas que todavía me dejan el cuerpo lleno de agujetas pero con un recuerdo placentero.
Si puedo hablar, me encanta hacerte disfrutar. Tu piel blanca, ese cuerpo diminuto y furioso a la vez, tu delicadeza para acariciarme, ese momento en el que gimes de placer....
Como siempre, mi obligación desde el primer día es tratarte bien. Muchos de los nuestros quieren saber qué vamos a hacer a partir de ahora. No lo sé, tiempo al tiempo. A disfrutar de mi nueva compañera. De momento tenemos muchas cosas en común y ninguna obligación. Así que entendería cualquier decisión que tomases en cualquier momento. Estoy listo.
Déjame que en este fin de semana Andalucía nos embruje. Quiero deshinibirme contigo. Lo sabes. Es natural.