miércoles, 16 de mayo de 2007

Magullada

Él

Tengo ganas de que llegue la noche para ver qué me vas a hacer entre copas. No quiero preocupaciones. Hemos tenido un par de momentos de tensión innecesarios. No voy a recordarlos porque ya están zanjados y no me gusta perder el tiempo con cosas que están ya de sobra arregladas.
Te diré que a mi vuelta de la playa tuvimos una conversación salvaje y mojada. El House de fondo, compenetrados, anhelando tu cálido aliento.
Estos días te has quejado de que te duele todo el cuerpo. Me llamas animal, perverso. Y yo preocupado por el qué dirás a tus amigas cuando pregunten cómo me comporto en esos momentos. A veces las mujeres sois tan picaronas. Os juntáis unas cuantas y os recreais con el tamaño de uno u otro, que si este se mueve mal en la cama, que si la tiene pequeña, no se lava. La verdad, no os distinguis mucho de tantos hombres que conozco. A mí me gusta ser discreto y no dar pistas, como todos los negocios que llevo entre manos. No vaya a ser que le comente algo de nuestras conversaciones y les de por intentarlo contigo. Claro que eso no es algo que me moleste. Simplemente digo: "Hay que ser un atleta para tenerla satisfecha".
Eres muy dura. Tanto que zcabamos empapados de ese sudor sano del que tanto te hablo. Incluso nos quedamos durmiendo desnudos sobre mi toalla. Menos mal que despertamos. Menuda sorpresa se habría llevado la secretaria.
Anoche me enseñaste tus magulladuras. Insistes en llamarme animal. No me gusta que lo hagas. Tampoco me ofende. Solo espero que con este tiempo te des cuenta de que hago las cosas más allá del sexo, el placer, el desfogue, follar ........ llámalo como quieras menos hacer el amor. Deseo que el día del mañana te quedes con la sinceridad de haberte tratado bien.

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