sábado, 28 de abril de 2007

C'ést fini

Ella

Al final, las cosas inevitables acaban pasando, por mucho que duelan y por muchas lágrimas que supongan. Demasiado tiempo llevábamos tirando del carro, demasiadas broncas y demasiadas ilusiones en el tintero. Tanto que, al final, el vaso se desborda. Y eso es irremediable. No lograba hacerle comprender por qué me iba, no lograba que él entendiera, pero tampoco lo culpo... es normal que no lo entienda si siente tanto por mí. A veces desearía que me odiara, como él dice, para que no sufriera, porque al verle sufrir de ese modo yo me encuentro peor. Esto, supongo, también es inevitable. Esta mañana me encontraba rara, como en un sueño, sin saber muy bien como actuar ni qué hacer ni qué decir. Entonces he empezado a telefonear a mi gente, aquellos que ya sabían que esto iba a pasar tarde o temprano. Y me he sorprendido al ver como la inmensa mayoría de esta gente acababa de terminar una relación, o iba a terminarla, o quería terminarla y no podía. Pasa hasta en las mejores familias, todos los días, pero hoy me ha impresionado la cantidad de gente de mi entorno que está igual que yo. En cierto modo, me puedo sentir afortunada por tenerte, porque eres un apoyo increiblemente importante. De hecho eres la chispa que ha encendido esto, y créeme cuando digo que hacía falta. Tú también estás en esta situación, y yo también estoy ahí para cuando te sientas bajo, eso lo sabes. Hoy es un día triste, pero en cambio se abre por delante un gran mundo de posibilidades.

No hay comentarios: